Mohamed Aden Ali, de 11 años, está paralizado a causa de la poliomielitis. Abandonado por su familia, se mueve gateando con unas rodilleras gastadas atadas a sus delgadas piernas y usa unas sandalias de goma para protegerse las manos. Se encuentra en el estadio de Baidoa, lleno de espectadores. Han acudido a ver un partido de fútbol entre los equipos "Polio 2000" y "Polio 2001". En un país que fue el epicentro de una hambruna en los años 1990, el partido es una de las diversas actividades que los vacunadores utilizan a fin de obtener apoyo para la campaña de erradicación. "Polio 2001" ganó el partido por un gol.

Durante un Día Nacional de Inmunización, varios agentes de salud cruzan del río Juba en dirección al poblado de Aboorrow. El río marca la frontera entre dos clanes de esta zona de Somalia. Debido a que las comunidades muy a menudo aceptan solamente las vacunas que les ofrecen los miembros de su propio clan, los agentes de salud de un clan deben entregar las vacunas a sus homólogos de un clan vecino. Posteriormente se establecen equipos más reducidos que se distribuyen por la zona a fin de llegar a los poblados más alejados. Es una operación compleja, pero fundamental para vacunar a todos los niños y niñas de Somalia. Los vacunadores visten camisetas y utilizan gorras para identificarse claramente como agentes de salud y transportan vacunas en refrigeradores para asegurar su eficacia.

Un guardia armado presta ayuda en una campaña de vacunación en Bardale. Los constantes conflictos requieren que las personas que no son somalíes y participan en las campañas para la erradicación de la poliomielitis estén acompañados por guardias. Los riesgos para la seguridad son reales. En 2001, varios agentes internacionales de la lucha contra la poliomielitis fueron capturados durante varios días después de una batalla entre sus guardias y los milicianos de otro clan.

Los hijos de un grupo de nómadas reciben sus vacunas cerca de Aboorrow, donde acudieron con sus familiares para obtener agua del río Juba. Los vacunadores están interesados en llegar a las familias nómadas debido a que su sistema de vida facilita la transmisión del virus de la poliomielitis.

Unos niños en el Golfo Gudod esperan bajo la lluvia a los vacunadores que han llegado a su poblado.